¿Está el cine de terror en decadencia?

En los últimos años se ha comentado mucho si podemos estar presenciando la decadencia del cine como forma de arte. Se trata de un objeto interesante de debate: según muchos nostálgicos, las carteleras de hoy en día han perdido calidad respecto a las de décadas atrás. La comercialización extrema lleva a la falta de interés por innovar favoreciendo el ir a lo seguro, al menos en lo que a Hollywood se refiere. Otro factor es el éxito de las plataformas de streaming. Como ya ha mencionado varias veces Scorsese (quien siempre muy crítico con estos temas), además de vaciar las salas de cine, han redirigido la atención del público hacia el consumo de series u otro tipo de contenido más digerible para el espectador.

Tal vez esto sea tema para otra entrada. En esta en específico, trataré el tema del cine de terror. Dicho género, en mi opinión, ha sido el que más se ha visto afectado por varios de los factores mencionados anteriormente. Solo es necesario hacer memoria. Si uno piensa en obras de terror trascendentes y con personajes o escenas icónicos en la cultura popular se le vienen a la mente títulos como El exorcista, La semilla del diablo, El grito, El proyecto de la bruja de Blair, La maldición, La matanza de Texas, Martes 13, Pesadilla en Elm Street, The Ring, El resplandor, Psicosis, entre muchas otras. Todas tienen algo en común: fueron lanzadas hace más de 20 años.

Y es que precisamente hace dos décadas se empezaba a hablar en Hollywood de un nuevo prometedor director de origen malayo: James Wan. Acababa de crear un blockbuster que comenzó una saga como fue Saw. Desde entonces, se embarcó en nuevos proyectos, siendo el que, en mi opinión, marcó un antes y un después en el género: Expediente Warren: The Conjuring (2013). La cinta, basada en las historias de la familia Warren no tiene nada de negativo en sí, y es una buena obra. El problema es que tuvo un éxito desmedido, monopolizando prácticamente el género y dejando un estilo marcado que toda película de terror posterior debía seguir si quería tener relevancia. A partir de ese estreno se montó un imperio: secuelas, precuelas, spin-offs… Se creó durante años un universo cinematográfico que prácticamente no dejaba lugar a otro tipo de cine de terror que no perteneciese a la escuela que estaba creando James Wan. Y si bien las primeras películas cumplían como largometrajes, poco a poco se fue apretando demasiado la tuerca, haciendo que contasen con cada vez menor calidad, prescindiendo de una buena historia o elaboración y enfocándose únicamente en los famosos jumpscares. Actualmente nos encontramos en un punto en el que poco importa la película en sí. El espectador solo va al cine a llevarse algún que otro sobresalto mientras revive historias cada vez más similares entre sí.

Por tanto, ¿es negativo que el cine de terror asuste? La respuesta es no. Lo que es negativo es acostumbrarse a que la calidad de una película de terror se mida por cuánto es capaz de asustar. Esa cuestión que el público exige y que las productoras buscan es lo que provoca la decadencia real del género. Sin embargo, el cine, como todos los artes, se guía por corrientes. Muchos directores talentosos afines al género vienen lanzando propuestas muy interesantes en los últimos años que tratan de revertir este estándar y crear obras nuevas, originales y con un estilo distintivo. Podría decirse que se trata de un renacimiento. En especial, me gustaría destacar tres nombres que han logrado romper la barrera del cine independiente, la única vertiente que se salía de los estándares comerciales del género, y lograr una trascendencia global.

Jordan Peele

Con películas como Déjame Salir (2017) o Nosotros (2019). Aunque se dedique más bien a las series, sus obras de terror en la gran pantalla causan un impacto importante cada vez que se lanzan.

Robert Eggers

El norteamericano, de la mano de películas como La bruja (2015) o en especial, El faro (2019), se ha hecho un hueco entre los nombres más sonados del cine de terror, y tiene a muchos fans del género pendientes del lanzamiento de su próxima obra a finales de este año: Nosferatu.

Ari Aster

Gracias a sus dos mejores obras, Hereditary (2018) y Midsommar (2019), consiguió el reconocimiento suficiente como para irrumpir en el cine de terror con fuerza y encandilar no solo a los seguidores del estilo de James Wan, sino al público general, no tan afín al género.

2 comentarios en “¿Está el cine de terror en decadencia?”

  1. El cine de terror, no creo que este en decadencia, es más pienso que siempre estará mientras exista el cine.
    El problema, más bien es que se ha dejado el gallinero, sin gallinas con huevos de oro, al hacer tantas tortillas.
    Se vio el filón, y se ha exprimido demasiado, hay mucha «basura» pero una buena película de terror, siempre tendrá su sitio y aceptación.

    1. No creo que esté en decadencia como tal ni que vaya a desaparecer, pero sí que tiene cada vez menos prestigio en comparación con otra clase de películas. Ante un público tan acostumbrado a los elementos del género es cada vez más difícil que una película de terror destaque. Como todo, va a tener que evolucionar y ya hay buenas ideas, así que a ver que dirección toma.

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