¿Son las secuelas negativas para la industria?

En los últimos años hemos visto un creciente aumento de secuelas, precuelas, spin-offs, reboots, etc. en las carteleras. Para muchos amantes del séptimo arte esto supone un problema, dado que cada vez vende menos la innovación, la creatividad y las nuevas historias. Pero ¿es esto realmente algo negativo?, o, al menos ¿lo es siempre? Está claro que ha habido importantes sagas a lo largo de la historia que han resultado ser obras maestras, pero también es innegable que muchas producciones simplemente buscan estirar el chicle del éxito de historias que no necesitaban una continuación o versión, y su objetivo es más económico que artístico. En este artículo mencionaré dos películas a modo de ejemplo, destacando lo positivo y criticando lo negativo de este fenómeno.

El rey león (2019)

Disney. (2019). El Rey León [Fotografía de Simba, Mufasa y Timón]. Walt Disney Pictures.

El largometraje de animación homónimo de 1994 ha formado parte de la infancia de toda una generación y es un absoluto icono en la cultura popular. Sin embargo, en 2019, Disney nos sorprendía con una de las peores tendencias que se pueden llevar a cabo en la industria: los live-action. Si bien el hecho de realizar una versión realista de una película animada no es algo intrínsecamente negativo, tiene dos contras muy claras. En primer lugar, la animación tiene la capacidad de aportar una personalidad especial y carismática que en la vida real es imposible de reproducir, por muy alta que sea la inversión en CGI. Se pierde ese componente fantástico y expresivo que le aportaba color a la versión original a cambio de únicamente realismo. Es un caso muy similar a las pinturas fotorrealistas: si se puede fotografiar, ¿qué sentido tiene el calcarlo en un cuadro más allá de mostrar habilidades técnicas? En el mundo del cine, como en cualquier arte, la técnica es solo una parte, y esta clase de reboots dejan el resto de un lado, lo cual lleva al punto número dos. Hacer una nueva versión de una película, ya independientemente del estilo artístico, es, o debería ser, para aportar algo nuevo a la original. Profundizar en personajes, crear nuevas historias, atar cabos que quedaron sueltos… En este caso, el guion es prácticamente idéntico al original. Se trata por tanto de un intento vago de aprovecharse de la nostalgia de un clásico y de un probable primer impacto visual para sacar beneficios, centrándose únicamente en el apartado estilístico y obviando todos los demás.

El Rey León (2019) en Filmaffinity.

Pincha aquí para ver el tráiler.

Top Gun: Maverick (2022)


Tom Cruise (2022). Top Gun: Maverick [Fotografía de Tom Cruise pilotando un caza]. Paramount Pictures.

Este caso es sencillo de analizar. Es una secuela hecha porque era necesaria. Después del éxito rotundo de Top Gun, de 1986, no tuvieron ninguna prisa en sacar una segunda parte, sino que esperaron al momento exacto. Del mismo modo que en El Buscavidas (1961) y El color del dinero (1986), el protagonista de la primera parte, joven y talentoso pero inmaduro, se nos presenta años después como un maestro con mucha más experiencia, la cual utiliza para instruir a uno o varios personajes que le recuerdan a él en su juventud. Es también el caso de la saga Creed, continuación de Rocky. Sin embargo, destaco Top Gun por la calidad de la cinta individualmente, por sus referencias y estructuras, por la capacidad que tiene de cerrar historias abiertas al tiempo que crea nuevas, por hacerte no echar de menos a ningún personaje que falta gracias a los que se incorporan y por los tintes de reflexión que deja sobre el paso del tiempo y la vejez. Consigue con éxito todo lo que se propone y es la guinda sobre el pastel respecto a su predecesora, que no solo ha vuelto a poner de moda tantos años después, sino que la revaloriza totalmente gracias a una magnífica segunda parte que mantiene toda la esencia de la primera. Se trata de una continuación hecha con cariño, en la que se percibe admiración hacia la cinta original y que ha dejado el tiempo suficiente para que resulte natural y nostálgica. Esto se debe al único factor que debe tener una secuela para ser potencialmente una buena cinta y no solamente un producto, a pesar de que la mayoría carezcan de él por simple y evidente que parezca: la razón de ser.

Top Gun: Maverick (2022) en Filmaffinity.

Pincha aquí para ver el tráiler.

2 comentarios en “¿Son las secuelas negativas para la industria?”

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